Si me dejaras quererte como te quiero podría hacer de mi cualquier cosa.
Podría
transformarme en tu mejor amiga, de esas que guardan todos los secretos
y te dicen, no lo que querés escuchar, sino todo aquello que necesitás
para ser feliz.
Podría ser la heroína de cualquier cuento sólo si decís que sí.
Podría también transformarme en tu estrella, una guía en la noche oscura.
Ser el viento que sopla fuerte y te hace sentir libre.
La mano que te despeina.
O podría simplemente ser yo...
Si
me dejaras quererte como te quiero no habría tiempo ni espacio, ni
lugar... Seríamos dos contra el mundo, o con él, pero juntos.
Te
propongo algo: dame la mano, agarrala fuerte, caminá conmigo. Subámonos
a cualquier avión que nos lleve lejos. Lejos de los problemas y de lo
cotidiano. Lejos de las luces y los flashes.
No quiero rutina, la odio, te propongo elegirnos cada día, y respetarnos. Te propongo construir un mundo, el nuestro.
A
cambio te doy mi corazón, cuidalo, está harto como diría Joaquín "de
amores baratos". No sé si es mucho, pero es todo lo que tengo, eso sí,
es grande.
Te regalo mi risa a carcajadas y alguna que otra lágrima (pero ahora sólo de felicidad).
Y mi locura diaria, lógico.
Te regalo mi risa a carcajadas y alguna que otra lágrima (pero ahora sólo de felicidad).
Y mi locura diaria, lógico.
Venite
conmigo a mi casa en el mar, esa del gran ventanal con vista a la playa
y mientras yo escribo cerca de la chimenea, vos me tirás un beso desde
la orilla...
Que lindooo!
ResponderEliminarGENIAA!
ResponderEliminarPos me pareció muy lindo. Y lo mejor: No tiene género. Realmente me puedo imaginar diciendo todo eso desde mi condición de hombre.
ResponderEliminarSalud!
Si con eso no te dicen si... ¡¡¡muy bueno!!!
ResponderEliminarAunque nuestras pisadas sean ligeras, aunque la incertidumbre y los miedos rodeen tus pensamientos, y los sentimientos, que no saben de dudas ni de actos, te hagan pisar suave.
ResponderEliminarNunca dejes de sorprenderte de aquellas veces en las que la vida, en efecto, nos haga encontrar ese camino en donde vamos juntos y a la par sin importarnos ni el viento ni la marea, porque esas pisadas son huellas profundas.