Donde se come...

Dicen que donde se come no se c**... ¿Será tan así? ¿Quién no tuvo alguna vez un noviecito en el trabajo?, un "enamorado", un "toco y me voy" o al menos alguien que te gusta? Acaso no hay nadie que se haya casado con un "compañero de trabajo? Mmmm... Hay miles de ejemplos para ésto, desde los enredos de novela hasta los enredos de oficina me dan la razón. Lo cierto es que siempre es complicado. Y cuando digo complicado, léase "complicado".

Supongamos que llega alguien nuevo a la oficina, un bombón fresquito, sin las histerias diarias del que pretende el café con dos de azúcar y tres de leche y ni las gracias te da. Supongamos que llega con su traje negro nuevo, su camisa recién planchada y oliendo a Armani. A las 8 de la mañana. Mirás a tu alrededor y ves a Pedro, algo despeinado y siendo totalmente consciente de que esos tres pelos parados serán el comienzo de la maraña que le espera al medio día. A tu izquierda, parado Jaime. Jaime no se preocupa por el peinado porque no tiene pelo, pero no es del tipo pelado seductor, es sólo Jaime, el pelado. 8:05 entra a escena Marcos, viene muy bien de pilchas, de físico, de pelos, pero la carucha, la carucha deja mucho que desear (a éste tampoco el espejito le decía que era lindo de chiquito). En la fotocopiadora Pablo, pero Pablo no cuenta, está de novio con tu amiga (y los novios de mis amigas no son hombres). Así que Lucas, el nuevo, se lleva a partir de hoy todas las miradas, las de la recepcionista que deja de limarse las uñas sólo para verlo, las de Cintia, quien ya le dijo a diario (a pesar de que Lucas se incorporó a la empresa hace ya más de tres meses) que ella le podía ayudar en lo que le pidiese; las de Rosa, que a pesar de estar casada y tener 65 años no baja la mirada y por supuesto, las mías... Y creo que se las lleva todas.

Después de unas semanas hacemos una reunión post trabajo como para distender y ahí mismo, después de cinco Fernet, distendés tanto que le estás bailando el meneaíto hace ya cinco minutos (es ahí cuando agradecés el gastar una fortuna en spinning). Resultado: (no me atrevería a decir si fue por la borrachera, tu insistencia o porque realmente le gustás) te vas con Luqui (así es como lo llamás a partir del segundo Fernet).

Noche divina (me autocensuro los detalles), mañana terrible! A las 8, ya en el trabajo, vos por un lado, Pedro, Jaime, Marcos, Pablo en sus lugares de siempre y las miradas de La Recepcionista, Cintia y Rosa, como siempre, en Lucas, pero hoy no las tuyas, a ver si se dan cuenta! La cuestión es que pasa el día y él ni te mira, pasa el mes y ni te mira... Todo lo contrario, parece que pasaste a ser totalmente invisible, transparente. La pregunta inevitable es ¿me estaré transformando en incolora, insípida e inodora como el agua?, ¿así de transparente?.

Después de haber pasado por la etapa de angustia, de bronca, de celos por las miradas de las otras, de celos por los cortejos hacia otras por parte de él, en definitiva: de que no te dé más bola!, te cansás y llega la etapa del olvido... Lógicamente justo, como magia, cuando aparece Antonio, el nuevo cajero...

Jim (trabajo en educación... tooooooodas minas)