Sé que el sufrimiento es parte de la vida, pero decidí no sufrir más gratis. No me lo merezco, Creo que nadie lo merece.
Siempre
creí que el pensamiento coordinaba nuestra vida. Coordinaba mi vida.
Qué hacer, qué decir, cómo se sentirá el otro si digo tal o cual cosa,
cómo se sentirá el otro si no digo... Pero si seguía así iba a terminar
mandándome deberes para casa (?) Decidí que mi pensamiento no tiene
que mandarme, no debe gobernarme, entendí que no es mi jefe, y que no
es él quien paga mi factura de la luz. Entendí que, como personas,
tenemos que poder con eso.
No me gusta vivir quejándome, dejar
una halo negativo por donde voy, y mucho menos quedarme con algo en la
cabeza dando vueltas como calesita.
Es por eso que decidí
hacer el esfuerzo y lograr que mis lamentos y mis reclamos no duren
más de veinticuatro horas. No permito más que eso. Claro que me quedo
mal, que pierdo la paciencia, pierdo la fe, la voluntad, me rompe los
huevos, pierdo el camino y hasta, a veces, la esperanza. Claro que sí,
pero ahora, después de mucho sufrir... me lo permito sólo 24 horas.
Después
llamo a las cosas de nuevo. Por qué? Porque tenemos que creer. Porque
siempre hay una salida. Siempre. Siempre hay una mirada nueva sobre
todo lo que pasa, sobre todo lo que nos pasa. Siempre hay un nuevo
camino y yo, como siempre (después de las 24 horas, claro está) estoy dispuesta a
caminarlo.
Por qué? Porque prefiero creer que se puede.
Porque quiero que medie el corazón entre tanta sinapsis.
Jim
♫ Recorde todo, especialmente el corazón,
el corazón sobre todo...
Todo lo llevo perfecto, lo que (aun) no se ha roto,
guardado aquí adentro en mi pecho izquierdo... ♪
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